Tekster: Manolo Garcia. Somos Levedad.
Cruzan nubes grises
por un cielo turbio y feroz.
Esta tarde espesa, acodado en este balcon,
fumo y me consumo,
enfrente el Arco Iris Club
Caminabamos y el calor de verano
empujaba nuestro asombro
contra las paredes llenas de grafitis.
Caminabamos y el fogon del verano
engullia nuestro asombro
por obstinarnos en lo imposible.
Como tu, camino por esta estrecha calle.
Como tu, necesito soles que giren para alumbrarme.
Que hagan brillar lo bueno que pueda haber en el alma.
Sonrio al viento porque en el
huelo el humo del incendio.
Porque se que la fe es creer
en algun dios aunque no existan.
O existir aunque ese dios
a veces no crea en ti.
En caminar, aunque hoy no brille tu estrella.
Como tu, camino por esta tierra que pronto sera yerma.
Levedad. Somos levedad.
Levedad. Somos levedad.
Cruzan nubes grises,
trallazos que tapan tanta voz,
que beben mi tormento,
que me arrancan de este sopor.
Leo y me sosiego, abajo.
Abajo el Arco Iris Club.
Caminabamos y el calor de verano
empujaba nuestro asombro
contra las paredes llenas de graffitis.
Caminabamos y el fogon del verano
engullia nuestro asombro
por obstinarnos en lo imposible.
Nunca cesa la matraca de motores.
Noche y dia pasan coches atronando
en su estela por la avenida abajo.
Abajo, paraguas de fantasmales luces.
Son los arboles grasientos de monoxido.
Y esa lluvia filtrada que no limpia la ciudad.
Abajo, en el portal, veteranos
de una vida de sinsabores
duermen asidos a la botella
como para no caerse cuesta abajo.
Cuesta abajo, caminabamos, aquel verano.
Levedad. Somos levedad.
Levedad. Somos levedad.
Levedad.
por un cielo turbio y feroz.
Esta tarde espesa, acodado en este balcon,
fumo y me consumo,
enfrente el Arco Iris Club
Caminabamos y el calor de verano
empujaba nuestro asombro
contra las paredes llenas de grafitis.
Caminabamos y el fogon del verano
engullia nuestro asombro
por obstinarnos en lo imposible.
Como tu, camino por esta estrecha calle.
Como tu, necesito soles que giren para alumbrarme.
Que hagan brillar lo bueno que pueda haber en el alma.
Sonrio al viento porque en el
huelo el humo del incendio.
Porque se que la fe es creer
en algun dios aunque no existan.
O existir aunque ese dios
a veces no crea en ti.
En caminar, aunque hoy no brille tu estrella.
Como tu, camino por esta tierra que pronto sera yerma.
Levedad. Somos levedad.
Levedad. Somos levedad.
Cruzan nubes grises,
trallazos que tapan tanta voz,
que beben mi tormento,
que me arrancan de este sopor.
Leo y me sosiego, abajo.
Abajo el Arco Iris Club.
Caminabamos y el calor de verano
empujaba nuestro asombro
contra las paredes llenas de graffitis.
Caminabamos y el fogon del verano
engullia nuestro asombro
por obstinarnos en lo imposible.
Nunca cesa la matraca de motores.
Noche y dia pasan coches atronando
en su estela por la avenida abajo.
Abajo, paraguas de fantasmales luces.
Son los arboles grasientos de monoxido.
Y esa lluvia filtrada que no limpia la ciudad.
Abajo, en el portal, veteranos
de una vida de sinsabores
duermen asidos a la botella
como para no caerse cuesta abajo.
Cuesta abajo, caminabamos, aquel verano.
Levedad. Somos levedad.
Levedad. Somos levedad.
Levedad.
Manolo Garcia
Manolo Garcia
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