Tekster: Ismael Serrano. Habitantes De Alfa-centauro Encuentran La Sonda Voyager.
Viajando en la eterna noche espacial
nuestra pequena nave sideral
fue a dar con aquella sonda llamada El viajero.
El hallazgo causo gran conmocion,
el futil cosmos detuvo el reloj.
No estamos solos en este maldito universo.
En la sonda encontramos,
bellas canciones de amor,
imagenes, sones extranos
de un remoto mundo mejor.
?Que raza singular!
Un ser humano sera
quien ponga fin al dolor.
Nuestros sabios tuvieron que concluir,
que una civilizacion asi,
habria encontrado por fin la paz y la armonia.
Ellos habran desterrado las guerras,
el hambre, la desigualdad, las fronteras.
Nos han de ensenar a cantar tan bellas melodias
Rumbo al planeta azul,
Tierra lo llamaban ellos,
aquellos que daran luz
a este oscuro universo.
Reimos (alguien lloro).
Toda la tripulacion
era un manojo de nervios.
Nuestra mente se puso a volar:
sus verdes bosques, su profundo mar,
inmaculados brillaran bajo un limpio cielo.
Decidimos por fin aterrizar,
donde estaria el cenit de la humanidad:
Africa, donde habito el humano primigenio.
Que gran celebracion,
la noche llegaba a su fin,
pronto una hermosa leccion,
nos ensenara a vivir.
?Que raza singular!
Un ser humano sera
quien ponga fin al dolor.
Habitantes de la tierra,
nuestra pequena divinidad,
venimos en son de paz.
nuestra pequena nave sideral
fue a dar con aquella sonda llamada El viajero.
El hallazgo causo gran conmocion,
el futil cosmos detuvo el reloj.
No estamos solos en este maldito universo.
En la sonda encontramos,
bellas canciones de amor,
imagenes, sones extranos
de un remoto mundo mejor.
?Que raza singular!
Un ser humano sera
quien ponga fin al dolor.
Nuestros sabios tuvieron que concluir,
que una civilizacion asi,
habria encontrado por fin la paz y la armonia.
Ellos habran desterrado las guerras,
el hambre, la desigualdad, las fronteras.
Nos han de ensenar a cantar tan bellas melodias
Rumbo al planeta azul,
Tierra lo llamaban ellos,
aquellos que daran luz
a este oscuro universo.
Reimos (alguien lloro).
Toda la tripulacion
era un manojo de nervios.
Nuestra mente se puso a volar:
sus verdes bosques, su profundo mar,
inmaculados brillaran bajo un limpio cielo.
Decidimos por fin aterrizar,
donde estaria el cenit de la humanidad:
Africa, donde habito el humano primigenio.
Que gran celebracion,
la noche llegaba a su fin,
pronto una hermosa leccion,
nos ensenara a vivir.
?Que raza singular!
Un ser humano sera
quien ponga fin al dolor.
Habitantes de la tierra,
nuestra pequena divinidad,
venimos en son de paz.
Serrano, Ismael
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